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PRODUCTO INTERNO BRUTO
El PIB de Colombia creció 1.7% anual durante el primer semestre de 2023, tras presentar variaciones anuales de 3.0% en el primer trimestre y de 0.3% en el segundo. Las ramas con el mayor crecimiento anual en el primer semestre fueron: las actividades artísticas, de entretenimiento, recreación y otras actividades de servicios; y las financieras y de seguros, que expandieron su valor agregado 15.5% y 12.7% respectivamente. Por el contrario, cuatro ramas registraron contracción: la construcción (-3.6%), la industria manufacturera (-1.6%), la de comercio, transporte, alojamiento y servicios de comidas (-1.3%) y la de agricultura, caza, ganadería y pesca (-0.3%).
Cuando se contrastan los resultados de la variación anual del segundo trimestre con los del trimestre inmediatamente anterior, se encuentra que 10 de las 12 grandes ramas de actividad mermaron su crecimiento -o profundizaron su contracción-, mientras que solo la rama de administración pública, defensa, salud y educación aumentó su crecimiento.
Prevemos que el PIB consiga expandirse a una tasa anual de 0.6% en el segundo semestre, por lo que el crecimiento del año 2023 se ubicaría en 1.1%. Entretanto, la estimación para 2024 muestra que la economía colombiana mantendrá un crecimiento relativamente débil (1.3%), mientras continúa el ajuste derivado de la política monetaria contractiva y un clima que golpea particularmente la inversión privada.
A continuación se describen algunos de los componentes que sustentan nuestras estimaciones:
• Consumo de los hogares
El crecimiento del consumo de los hogares colombianos se ha venido desacelerando desde el segundo trimestre del año anterior, cuando aún presentaba crecimientos de dos dígitos. En el primer semestre de 2023 el gasto de los hogares se incrementó 2.2%, frenado por una coyuntura de inflación elevada, un encarecimiento del crédito y menores facilidades para acceder al mismo, así como un nivel de confianza de los consumidores que muestra la persistencia de algunas preocupaciones por el futuro de la economía.
Especialmente se ha visto afectado el consumo de bienes durables, cuya caída frente al primer semestre del año anterior alcanzó el 11%, seguida de los bienes semidurables que cayeron a una tasa de 5.1%. Por el contrario, los bienes no durables consiguieron un ligero crecimiento (0.6%), pero es la expansión del gasto en servicios (5.1%) la que consigue mantener el gasto de los hogares en terreno positivo.
De cara al segundo semestre de este año, prevemos que la inflación elevada, el alto costo del crédito y las mayores barreras para acceder a este seguirán pasándole factura al consumo de los hogares, por lo que veríamos cifras aún más moderadas, con un crecimiento medio de 0.4%, llevando el crecimiento de este rubro durante el presente año hasta 1.1%.
El próximo año luce algo mejor en esta materia. Aunque son previsibles una menor inflación y menores tasas de interés, lo cierto es que al menos en la primera mitad del año estas seguirán estando altas. Otro de los factores que estimulará el consumo de los hogares es el programa de transferencias monetarias “Renta Ciudadana”, que con un mayor presupuesto irrigará más recursos entre la población de menores ingresos, favoreciendo en este grupo la demanda de bienes y servicios. Para 2024 estimamos un crecimiento anual del gasto de los hogares de 1.3%.
“el crecimiento del gasto de los hogares sería en torno al 1.3% en 2024”
• Consumo del Gobierno
Durante 2022 el consumo del gobierno presentó una desaceleración de su desempeño, que lo llevó a tener un crecimiento anual prácticamente nulo, y durante el primer semestre de 2023 alcanzó un crecimiento promedio anual de 0.9%. Para la segunda mitad del año anticipamos una recuperación de este rubro, lo que le permitiría cerrar 2023 con un crecimiento de 2.2%. Este comportamiento está relacionado con la dinámica de los nuevos gobiernos durante el primer año, cuando realizan la construcción y el proceso de aprobación del Plan de Desarrollo, situación que genera una baja ejecución del gasto público en diversos rubros, incluyendo los gastos de funcionamiento que son representativos para medir el consumo del gobierno.
Para 2024 anticipamos la continuación de la aceleración de este componente del PIB hasta alcanzar un crecimiento de 3.1%. Este comportamiento es, en buena medida, resultado de aumentar la participación de los servicios del gobierno en la economía, objetivo explícito de la actual administración.
Con el fin de conocer más información sobre los aspectos que pueden impactar el consumo del gobierno lo invitamos a consultar la sección de finanzas públicas en este documento.
• Formación bruta de capital
Lo que viene ocurriendo con la inversión constituye una de las señales de mayor alarma para el devenir productivo del país. En el primer semestre la formación bruta de capital fijo se contrajo 4.2% anual, siendo el segundo registro más bajo para un primer semestre en la historia reciente de las cuentas nacionales de Colombia -desde 2005-, superado solo por el primer semestre de 2020, en el contexto de la pandemia del Covid-19.
El resultado estuvo soportado por las caídas en los rubros de vivienda, otros edificios y estructuras, junto con maquinaria y equipo (-2.2%, -7.1% y -13.8% respectivamente), y los crecimientos en recursos biológicos y productos de propiedad intelectual (5.8% y 1.6%). En total, la cuenta de formación bruta de capital -considerando la variación de inventarios- tuvo una contracción de 15.5% en el periodo.
La formación bruta de capital fijo se enfrenta en la actualidad a un entorno de condiciones desfavorables. De acuerdo con la encuesta de opinión empresarial de Fedesarrollo, las condiciones para invertir se encuentran en un nivel históricamente bajo, siendo malas en el aspecto económico, pero aún más negativas en el aspecto sociopolítico. En el caso de este último, el indicador sólo ha presentado cifras más negativas en dos oportunidades: en el paro del año 2021 y a principios de siglo, cuando empezó a construirse el índice.
Aunado a esta percepción, los empresarios tienen hoy unas condiciones menos favorables para apalancar su operación por cuenta de mayores tasas de interés, así como un marco tributario que, tras la reforma de 2022, recarga desmesuradamente los ingresos del Estado en los tributos que pagan las empresas20. Asimismo, fruto de la pérdida del grado de inversión, el costo de acceso a financiamiento en los mercados internacionales se ha incrementado.
20De acuerdo con la OECD, la tasa de tributación corporativa de Colombia es la más alta entre todos los países que hacen parte de esa organización.
Es bien sabido que la incertidumbre representa un factor que desestimula la inversión; en ese sentido, la fuerte depreciación que presentó el peso en 2022, además de encarecer la adquisición de bienes de capital importados, generó entre los empresarios un ambiente de incertidumbre sobre la estabilidad macroeconómica del país. Este factor se exacerba en la actualidad con algunos de los planteamientos de política del Gobierno, especialmente frente a sectores como el minero-energético, el de salud e incluso el agropecuario.
La demanda de los bienes de capital tampoco pasa por un buen momento. En el caso de las edificaciones y estructuras, las no residenciales completaron en junio tres trimestres consecutivos con variación anual negativa, con el agravante de que el crecimiento mostrado por el sector en la fase de recuperación post-pandemia estuvo muy lejos de compensar la caída registrada en la fase de contracción de la misma.
En el caso de las edificaciones residenciales, en junio tuvieron su primer trimestre negativo, pero la caída en las ventas de vivienda que estamos viendo permite avizorar un panorama de contracciones significativas en este rubro en 2024. Finalmente, la cuenta de maquinaria y equipo acumuló dos trimestres consecutivos de variación negativa, siendo la del segundo trimestre una de las más bajas en la historia reciente de este segmento.
Acorde con estos factores, proyectamos una contracción de 10.3% en la cuenta de formación bruta de capital en 2023 y una nueva contracción, de 1.1%, el próximo año. El papel de la variación de los inventarios, que durante el primer semestre contribuyó negativamente con una magnitud elevada, tenderá a moderarse los próximos trimestres con los ajustes realizados por el sector empresarial.
• Agricultura, ganadería, caza, pesca y silvicultura
El primer semestre del año 2023 fue regular para el sector agropecuario, presentando una contracción del -0.3% comparado con el mismo período del 2022. Las fuertes lluvias y el alto costo de los fertilizantes e insumos agrícolas -que aún se encuentran en niveles superiores a los observados antes de la pandemia a pesar de las reducciones de precios en los últimos meses- fueron los principales factores que generaron una reducción en la producción de café, cacao, flores, caña de azúcar, leche cruda y aves de corral, en mayor medida.
Para el año completo 2023 esperamos que el sector agropecuario tenga un crecimiento de 0.6%. Este rebote está explicado por un segundo semestre más favorable para las cosechas de arroz, caña de azúcar, cacao y frutas frescas en términos del clima y menores costos de producción.
“el clima para la inversión está por debajo de su media histórica”
Por el lado del sector cafetero se espera que la producción finalice el año en 11.5 millones de sacos de café, para un incremento de 3.8% anual en la producción comparada con 2022. En el sector ganadero, el contínuo aumento en el sacrificio clandestino de ganado y la menor demanda interna de carne por los altos precios han ralentizado el sector y este podría presentar un decrecimiento de 0.6% en el presente año.
Por su parte, para el año 2024 esperamos que el sector crezca 1.3%. Los cultivos agrícolas transitorios presentarían una leve expansión anual (0.3%), jalonada principalmente por el incremento en la producción de caña de azúcar. En cuanto al café, se espera que su producción se eleve a 13 millones de sacos dadas las buenas perspectivas en la floración por el clima propicio. La ganadería crecería moderadamente por mejores expectativas en la demanda del consumidor por alimentos cárnicos.
Es importante resaltar que entre los mayores riesgos que pueden afectar al sector agrícola se encuentran el factor climático adverso (fenómeno de El Niño), los cierres intermitentes en las vías al Llano, la falta de seguridad en algunas regiones y la incertidumbre que está ahuyentando la inversión en el sector.
“para el año 2024 esperamos que el sector crezca 1.3%”
• Explotación de minas y canteras
El sector creció 4.1% durante el primer semestre del año, impulsado principalmente por la extracción de petróleo crudo, el gas natural y la extracción de minerales metalíferos. De los cinco grupos de actividades que conforman esta rama, solo el de extracción de otras minas y canteras experimentó contracción durante la primera mitad del 2023.
Se espera un aumento muy leve en la producción de petróleo en lo que resta de 2023 y 2024, con lo cual la producción se mantendría significativamente por debajo de los volúmenes registrados antes de la pandemia. En el caso del gas, la producción se viene marchitando por el agotamiento natural de los yacimientos y la falta de inversión suficiente en exploración que impide anticipar un repunte en la extracción del recurso. Si bien las inversiones en el sector en 2023 no mermaron frente al año anterior 21, no son suficientes para que el sector crezca a la tasa observada en la primera mitad del año. Por otra parte, la actividad de perforación tanto de pozos exploratorios como de pozos de desarrollo22 está en línea con unas cifras de crecimientos cercanos a cero en la extracción de hidrocarburos.
21Tendencias de inversión en exploración y producción (E&P) de petróleo y gas en Colombia 2022 y perspectivas 2023. ACP: https://acp.com.co/portal/wp-content/uploads/2023/02/TENDENCIAS-DE-INVERSION-EN-EXPLORACION-Y-PRODUCCION-EP-DE-PETROLEO-Y-GAS-EN-COLOMBIA-2022-Y-PERSPECTIVAS-2023.pdf
22Informe de taladros - julio de 2023. Campetrol. Recuperado de: https://campetrol.org/documentos/Informe%20de%20Taladros%20Julio%202023%20Campetrol%20main.pdf
En el caso del carbón, las empresas protagonistas del sector mantienen unas metas de producción optimistas, pero es previsible que una menor demanda externa continúe presionando a la baja los precios y, por esa vía, desestimule la producción23. Es importante anotar que Colombia exporta cerca del 90% del carbón térmico que extrae.
Finalmente, la explotación de minerales metalíferos en el primer semestre del año ha tenido un buen desempeño, creciendo más de un 15%. Aunque los altos precios de estos bienes han estimulado la producción, varias empresas mineras de metales se han pronunciado este año, reportando problemas serios con comunidades, orden público, bloqueos y parálisis de operaciones. Una de ellas es Zijin Continental Gold, administradora de la mina de oro Buriticá en Antioquia, la más grande del país, quien le ha manifestado al Gobierno Nacional la urgencia de garantizar las condiciones de seguridad para mantener la operación24.
23El efecto que habría generado la entrada en operación de las minas Cañaverales y Papayal no se considera en este ejercicio de estimación, dados los obstáculos que la empresa BCC está enfrentando en materia de licenciamiento ambiental.
En la misma línea se ha pronunciado la Asociación Colombiana de Minería, que ha declarado que algunas empresas del sector decidieron irse de Colombia25, situaciones que impactan la capacidad productiva de esta actividad.
En balance, el crecimiento que veríamos este año sería de 3.0%, mientras que en 2024 el sector registraría una leve contracción (-0.9%).
“los altos precios de los minerales metalíferos han estimulado la producción”
• Industria manufacturera
La industria manufacturera es uno de los sectores más golpeados por la desaceleración económica. La caída del valor agregado del sector en el primer semestre alcanzó -1.6%, la segunda mayor después de la registrada en el sector de la construcción.
Esperamos que el sector cierre con una contracción de -2.4% este año, tras recibir la parte más severa del efecto de la política monetaria contractiva, que impacta tanto por el lado de la oferta, mediante el aumento en el costo de uso del capital, como por el lado de la demanda, que se resiente de un menor consumo de los hogares y, por esa vía, de una menor demanda de los bienes producidos en la industria. Vale la pena señalar que la caída en la demanda se da tanto en el mercado nacional como en el externo.
En efecto, el aumento en los inventarios de productos terminados durante el primer semestre del año fue muy elevado a consecuencia de la fuerte caída de la demanda, así como lo muestra nuestro indicador Davivienda PMI. La buena noticia es que de acuerdo con ese mismo indicador, en julio y agosto se registró nuevamente una desacumulación de los inventarios, factor favorable a la producción, especialmente en 2024.
Otro elemento a favor en este contexto es que, a pesar de la desaceleración económica global, algunos socios comerciales importantes a los que exportamos bienes manufacturados, como Perú y Ecuador, vienen exhibiendo mejores cifras en sus economías.
En todo caso, el panorama para el sector industrial en 2024 aún luce retador, pues el sector enfrentaría una nueva contracción, del orden de 1.3%, justificada en un alto costo de uso del capital, mayores gastos salariales y el efecto de menores inversiones. Como se mencionó anteriormente, la caída del rubro de inversión es aún más acentuada en la cuenta de maquinaria y equipo, lo que afecta la capacidad productiva de las industrias.
La puesta en marcha de políticas contracíclicas eficaces podría corregir, aunque sea parcialmente, la tendencia negativa del sector durante este y el próximo año, pero el éxito de estas políticas depende también de una adecuada coordinación entre los instrumentos de política pública y las acciones del sector empresarial.
“en el segundo trimestre de 2023 la industria fue el sector más golpeado de la economía”
• Construcción
Contrario al buen desempeño del sector de la construcción observado en 2022, que creció 6.5% real anual, explicado principalmente por el segmento de construcción de edificaciones (12%), en lo corrido de 2023 la construcción es la rama que más se contrae y ha restado al crecimiento económico del país, luego de que su valor agregado descendiera -3.6% en el primer semestre. Este resultado es producto de una significativa caída (-16.3%) del subsector de obras civiles, aunado a la desaceleración de la construcción de edificaciones, cuya expansión fue de 2.6%.
Particularmente la construcción de edificaciones estaba reaccionando positivamente a las ventas récord de vivienda nueva que se registraron entre 2020 y 2022, especialmente de aquellas de interés social, hecho que se reflejó en crecimientos de doble dígito del área iniciada, en proceso de construcción, culminada y causada26 del segmento residencial entre 2021 y 2022.
26Se entiende por área causada aquellos metros cuadrados efectivamente construidos durante el trimestre.
No obstante, la dinámica del indicador de ventas de vivienda comenzó a cambiar de tendencia desde el segundo trimestre de 2022 ante una demanda afectada por múltiples factores entre los que se destacan: aumentos del valor de la vivienda vía salario mínimo en los últimos dos años (referencia para la fijación de precios del segmento VIS); mayores costos para la construcción de vivienda, que pasaron de crecer una tasa de 4.4% anual en 2020 a tocar un máximo de crecimiento de 13.9% en febrero de 2023; incremento de las tasas de interés para créditos de vivienda, que se han ubicado sobre el 15% tanto en tasa fija como en UVR en lo corrido del año; el mayor costo de vida; la desaceleración económica (que reduce la demanda), y, más recientemente, la incertidumbre generada sobre la disposición de nuevos cupos de subsidio y los ajustes técnicos para su otorgamiento por parte del Gobierno Nacional. Podrá encontrar mayor información sobre este último tema en el Recuadro 3.
Estos factores han ocasionado menores ventas de vivienda e incremento de los desistimientos, a la vez que los constructores han decidido paralizar y/o cancelar ciertos proyectos. De manera agregada, este comportamiento ya se ha ido transmitiendo a la actividad de construcción de edificaciones en 2023, repercutiendo en la caída anual del área iniciada (-9.3%) y causada (-1.5%) al segundo trimestre del año.
En cuanto a la construcción de obras civiles, el panorama es negativo. La contracción del -17.9% real anual en el segundo trimestre del año del Indicador de Producción de Obras Civiles (IPOC) refleja el pobre avance en la construcción de infraestructura vial y férrea (-13.5%), aérea (-71.4%), fluvial (-20.5%), acueductos (-34.5%) y de minas y plantas industriales (-48.5%).
Las causas asociadas pueden resumirse en los retrasos y menor ejecución presupuestal (28% de las apropiaciones del 2023 a agosto), originados por el incremento de los costos de construcción, tema que ha puesto en aprietos los presupuestos para los proyectos contratados; el mayor costo de financiación; afectaciones de orden público; inseguridad en varias zonas; y dificultades en trámites administrativos. A lo anterior, se adiciona la menor contribución generada por la culminación de proyectos 4G en el país, cuyo avance promedio ascendió a 77.4% en agosto de 2023, con 8 obras terminadas y 10 con un progreso superior al 90%.
Bajo estas premisas, el sector de la construcción registraría una contracción de 4.3% el presente año, derivado de la baja dinámica del subsector de construcción de edificaciones (0.8%) y una caída del de obras civiles (-14.7%). Estas estimaciones parten principalmente de la continuación de lo observado hasta el primer semestre del año: un sector edificador cada vez con menor crecimiento; mientras que en las obras civiles los factores mencionados siguen incidiendo negativamente.
Para 2024, proyectamos que el sector constructor decrecería -3.3% anual, ubicándolo nuevamente como la rama con mayor contracción. Este resultado se deriva, en primer lugar, del crecimiento negativo (-6.2%) de la construcción de edificaciones ante la disminución del área causada a lo largo del año. Anticipamos que durante esta vigencia continuarán la disminución de las ventas, el aumento de los desistimientos y la cancelación de proyectos.
La base para esta previsión radica en que los costos de construcción mantendrían una tendencia creciente, el salario mínimo presentaría un aumento cercano al 11.8%, las tasas de interés para créditos hipotecarios permanecerían elevadas y el costo de vida seguiría siendo alto.
Por su parte, el segmento de obras civiles crecería 2.4%, mostrando un importante cambio de tendencia frente a las contracciones de los años anteriores. Este punto de inflexión resultaría del avance y terminación de algunos proyectos de 4G; el inicio de obra de los primeros proyectos 5G, que al corte se componen de 7 proyectos que se encuentran en fase de pre-construcción y con un presupuesto de inversión de COP 11.6 billones; la mayor incidencia de mega obras en el país, tal como es la PLMB y el RegioTram de Occidente en Bogotá; y el desarrollo de otros programas impulsados por el Gobierno Nacional, como el de Caminos Comunitarios de la Paz Total.
Sobre este último programa, el Gobierno ha planteado una inversión de COP 8 billones durante el cuatrienio para mejorar y rehabilitar 33,102km de vías terciarias en las áreas rurales del país, distribuidos así: 4,12 km en 2023, 8,260 km en 2024 y 10,350 km tanto en 2025 como en 2026. Los proyectos que hacen parte de este programa son propuestos por los Organismos de Acción Comunal y al cierre de agosto ya se han implementado 29 obras, 10 de ellas finalizadas27.
Si bien, este posible crecimiento podría contrarrestar parte de la caída esperada por la construcción de edificaciones, su resultado depende en gran medida de que se mitiguen otros desestímulos asociados al sector, como lo son el crecimiento de los costos de construcción y afectaciones generadas por temas de orden público o el clima.
“La construcción sería la rama con mayor contracción anual en 2024”
27Fuente: Invias.
Estos programas también han tenido un importante aporte a la economía nacional por medio del valor agregado generado por el sector de construcción de edificaciones. Lo anterior aunado a que, según cifras del Dane, el sector tiene un multiplicador económico de 2.25, gracias a los encadenamientos productivos con el 53% de las actividades, característica que ha sido fundamental para que en años anteriores esta política fuese utilizada como herramienta contracíclica y de reactivación económica.
Desde 2015, año en que fue implementado el programa Mi Casa Ya (MCY), fue el instrumento principal del Gobierno Nacional para las asignaciones de Subsidio Familiar de Vivienda (SFV) en el país. El programa original consistía en una cobertura sobre la tasa de interés del crédito y un subsidio directo sobre la cuota inicial para aquellas familias cuyos ingresos no superen los 4 SMMLV.
28Cifra aproximada según datos del Ministerio de vivienda, ciudad y territorio y Asobancaria, que corresponde de la suma de subsidios asignados bajo los programas: Fondo de Reserva para la Estabilización de la Cartera Hipotecaria – FRECH I, FRECH II, FRECH III contracíclico, FRECH No VIS (2016 y 2020), Programa de vivienda de interés prioritario para ahorradores (VIPA), Mi Casa Ya, Semillero de propietarios y Vivienda gratuita Fase I y II. No incluye programas de entidades territoriales, subsidios de cajas de compensación, vivienda rural ni de mejoramiento de vivienda.
29Centro Nacional de Consultoría & Universidad de los Andes (2021). Evaluación de impacto del programa Mi Casa Ya
Hasta la fecha, MCY ha apoyado a más de 258 mil hogares30, producto de la colaboración y eficiencia en el otorgamiento de subsidios entre las entidades bancarias y el Ministerio de Vivienda. Adicionalmente, según expone Asobancaria31, a través de los años el programa ha ido focalizándose a los hogares más necesitados, incrementando el porcentaje de hogares con ingreso menor o igual a 2 SMMLV del 17.8% en 2017 al 82.1% en 2021. El desempeño de este programa generó incentivos suficientes que se tradujeron en incrementos año a año de las ventas de vivienda VIS32 en el país, hasta superar las 170 mil viviendas nuevas comercializadas desde 2019 y las 200 mil tanto en 2021 como 2022, así como las iniciaciones de obra de nuevas unidades habitacionales VIS.
30Subsidios desembolsados entre el inicio del programa (octubre de 2015) y el 30 de junio de 2023.
31Asobancaria (2022). Banca y Economía 1344. Mi Casa Ya: Un caso de éxito en acceso a la vivienda para los hogares de menores ingresos.
32Viviendas cuyo precio es menor o igual a 135 salarios mínimos mensuales legales vigentes (SMMLV) o de hasta 150 SMMLV para aquellas aglomeraciones urbanas con una población superior al millón de habitantes.
El Gobierno actual implementó un cambio en las reglas del programa MCY con el objetivo de focalizar sus esfuerzos en los hogares más pobres y ahora el subsidio ya no depende de los ingresos de la familia, sino que será en función de su caracterización socioeconómica, hoy en día expresada a través del puntaje de Sisbén IV. Así mismo, mediante la Resolución 0287 de 2023 se crearon algunos criterios de priorización en el orden de asignación de los subsidios, que obedecen al grupo de Sisbén IV, si es área urbana o rural, la categoría del municipio, el tipo de vivienda, si es víctima del conflicto armado y si cumple con un enfoque diferencial (mujer cabeza de familia, trabajadora informal, madres comunitarias, entre otros), mecanismo distinto al utilizado en años anteriores cuando se asignaba el subsidio por orden de llegada.
Cabe mencionar que el Ministerio de Vivienda ha garantizado recursos para cubrir 75 mil SFV en 2023, cubriendo no sólo a los hogares que cumplan con los nuevos criterios en el año en curso, sino además a cierto número de aquellos compradores de años anteriores que contaban con este beneficio para poder lograr el cierre financiero y tengan prevista la firma de escrituras hasta el 31 de diciembre de 2023 (periodo de transición)33.
El número de SFV desembolsados por MCY en los primeros seis meses del año ascendió a 15,133, un 20.2% de ejecución sobre los recursos presupuestados para 2023. Dentro del grupo de Sisbén IV, en el A y B se concentra el 63.1% de las asignaciones; en el C, 28.8%; y en el D, 8.1%, cifras, que permiten corroborar el nuevo enfoque que se ha dispuesto para MCY, para centrar esfuerzos públicos hacia los hogares más necesitados.
33 Resolución 0788 de 2023. Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio.
A pesar de los esfuerzos, las ventas de vivienda han caído significativamente en lo corrido del año. Mientras que entre enero y agosto de 2022 se vendieron más de 150 mil viviendas VIS, en 2023 no se han superado las 62 mil. Esto se suma al crecimiento desmedido de los desistimientos, que para el mes de agosto alcanzaron el 76.9% del promedio de las ventas brutas mensuales de vivienda VIS de los últimos 12 meses, de acuerdo con La Galería Inmobiliaria.
Esta disminución de la demanda es corroborable con la disposición a comprar vivienda por los colombianos que, según Fedesarrollo llegó al -45.2% en agosto y dista del -5.1 observado hace dos años. El aumento en los precios de la vivienda, sumado a las altas tasas de interés y la incertidumbre generada sobre la disposición de nuevos cupos de subsidio y los ajustes técnicos y metodológicos para su otorgamiento por parte del Gobierno, han sido algunas de las causas que generaron que cientos de hogares desistieran de sus proyectos o negocios ya pactados ante la inviabilidad de lograr el cierre financiero.
Los efectos de la menor demanda ya han sido observados sobre el rendimiento del subsector de construcción de edificaciones residenciales, puesto que el área causada pasó de crecer a tasas anuales de doble dígito en los últimos dos años a contraerse 1.5% en el segundo trimestre de 2023. Lo anterior ha impactado el valor agregado de este subsector, que decreció 0.8% anual frente a la expansión de 13.2% del mismo trimestre de 2022.
Es imperativo mencionar que a pesar de que las subvenciones a la cuota inicial direccionadas por el Gobierno Nacional son las más relevantes, no son las únicas. Programas de subsidio para la adquisición de vivienda promovidos por entidades territoriales resultan ser una opción viable.
En el caso de Bogotá, con los programas de “Oferta Preferente” y “Mi ahorro, Mi hogar” y diferentes ferias de vivienda, en el último cuatrienio se han entregado cerca de 15 mil subsidios de vivienda (con corte al 31 de mayo). Caso similar se observa en Medellín con los subsidios promovidos por el Instituto Social de Vivienda y Hábitat del municipio.
No menos importante ha sido el aporte de la cajas de compensación. Según cifras de la Superintendencia de Subsidio Familiar, tan solo en 2022 se canalizaron cerca de 61.7 mil subsidios directos para vivienda nueva VIS y en el primer trimestre de 2023 suman más de 15 mil. A lo anterior se agrega que desde 2019 el Gobierno dispuso la posibilidad de sumar los recursos de MCY con los de las cajas de compensación, concurrencia que ayuda a los hogares para pagar su cuota inicial con hasta 50 SMMLV. En el primer semestre de 2023 este beneficio ha sido utilizado por el 28% de los hogares con subsidio de MCY.
“El nuevo enfoque de subsidios centra esfuerzos hacia hogares más necesitados”
•Comercio, reparación de vehículos, almacenamiento, transporte, alojamientos y servicios de comida
Esta rama se encuentra afectada especialmente -y lo seguirá en el mediano plazo- por la debilidad en el consumo de los hogares, variable con la que tiene una alta correlación. Desagregando los componentes, las ventas minoristas completaron en junio cuatro meses consecutivos de variación anual negativa y en lo que va del año las ventas del sector han mermado -5.2%.
En ese sentido, la alta inflación que ha venido socavando el poder adquisitivo de los consumidores, el encarecimiento del crédito y las mayores dificultades para acceder al mismo, así como un eventual deterioro en las estadísticas del mercado laboral en los trimestres venideros no auguran un buen panorama para el sector, que empezaría una recuperación sólida solo hasta la segunda mitad del próximo año.
El subsector de transporte tiene la mayor correlación con la actividad económica agregada (0.94%) y vale la pena comentar sobre dos de sus componentes: (1) el terrestre y (2) el aéreo. En cuanto al primero, el transporte de carga se verá afectado por lo que resta de este año y buena parte del próximo debido a un menor movimiento de contenedores, de insumos y de bienes manufacturados por la industria. En todo caso, el transporte de hidrocarburos por oleoductos y gasoductos continuaría mostrando las cifras favorables que hemos visto en lo que va del año. El transporte terrestre de pasajeros tanto urbano como intermunicipal mostraría alguna mejora, especialmente en 2024.
En cuanto al transporte aéreo, el movimiento nacional de pasajeros viene disminuyendo, aunque la caída ha sido parcialmente compensada por el crecimiento de pasajeros internacionales, escenario que se mantendría en gran medida durante 2024.
Finalmente, las actividades de alojamientos y servicios de comidas deberían compensar, en alguna medida, el mal desempeño del comercio, pues aunque las cifras de demanda por parte de los consumidores colombianos no anticipan crecimiento, la mayor entrada de turistas extranjeros que hacen uso de los servicios que ofrecen ambas actividades permitiría que éstas cierren el año con crecimiento. Un sustento de esta demanda de viajeros internacionales se encuentra en las exportaciones de servicios de viajes, cuenta que alcanzó en el primer semestre su máximo histórico y que por factores como la tasa de cambio hace atractivos los destinos colombianos para los visitantes extranjeros.
Teniendo en cuenta lo anterior, estimamos una contracción de 1.3% de esta rama de actividad para 2023 y un crecimiento de 1.4% para 2024.
• Actividades financieras y de seguros
Durante el primer semestre de 2023 las actividades financieras y de seguros crecieron 12.7% frente al mismo lapso del año anterior, impulsadas por una importante expansión de 22.8% anual en el primer trimestre, asociado, en buena parte a un efecto base34, y un crecimiento de 3.7% en el segundo trimestre.
Los establecimientos de crédito presentaron un menor dinamismo en la primera mitad del presente año, producto de la continua desaceleración en el crecimiento de la cartera de créditos, que al cierre del primer semestre alcanzó una variación nominal anual del 8.9% (-2.1% real), como respuesta a la pérdida de impulso en todas las modalidades, especialmente en la cartera de consumo. Al mismo tiempo, las entidades han presentado una importante acumulación de provisiones (de 5.3% en enero a 11.6% en mayo) ante el mayor deterioro de la cartera de consumo, que en junio alcanzó un nivel de 7.6%, el registro más alto desde noviembre de 2009.
34El primer trimestre de 2023 contó con un importante efecto de baja base de comparación ante el registro negativo en el primer trimestre de 2022 (-3.2% anual), que obedeció al desembolso de la aseguradora Mapfre por la contingencia de Hidroituango.
La industria aseguradora presentó un buen desempeño en el primer semestre del año, evidenciando un comportamiento positivo como resultado de un crecimiento sostenido en las primas emitidas (22.1% frente a 20% en el primer semestre de 2022), que obedece a las contribuciones positivas de los segmentos de daños35 y de seguridad social, así como un mejor rendimiento de los portafolios de inversiones ante los incrementos en las tasas del mercado, que lograron contrarrestar los aumentos que ha tenido la siniestralidad en lo corrido del año.
Para la segunda mitad del año, esperamos que las actividades financieras y de seguros presenten un crecimiento de 3%, consistente con un incremento en 2023 de 7.7%. Este comportamiento se soportaría en un menor dinamismo de la cartera de créditos originado en las altas tasas de interés y del menor desempeño de la actividad económica, lo que continuaría presionando el gasto en provisiones de las entidades para mitigar los riesgos del aumento en la morosidad. Asimismo, los recientes aumentos en las tasas de captación por cuenta de vencimientos de CDTs y restricciones
en la liquidez del mercado36 mantendrían la brecha entre tasas de colocación y tasas de captación en un nivel bajo, por lo que el resultado del sector por concepto de intermediación se vería reducido.
Finalmente, para 2024 esperamos que el crecimiento anual del sector alcance 4%, en la medida en que se lleve a cabo una recuperación paulatina de la demanda de crédito y una expectativa de recortes en la tasa de política monetaria, especialmente a partir del segundo semestre. Por su parte, los recientes anuncios de ajustes regulatorios en el Coeficiente de Fondeo Estable Neto (CFEN)37 tendrían un efecto de menor presión sobre la liquidez del mercado y las tasas de captación, lo que mejoraría el costo de fondeo de las entidades y los resultados de la industria.
“Los ajustes regulatorios mejorarían el costo de fondeo de la industria”
35Compuesto por los tramos de automóviles, incendios, responsabilidad civil, entre otros
36En el segundo y tercer trimestre de 2023, los depósitos del Tesoro Nacional en el Banco de la República han tenido un aumento considerable, registrando saldos promedio de 40 billones entre mayo y agosto, superior al promedio de 25 billones de los últimos diez años, representando un mayor número de recursos que no son irrigados a la economía nacional
37El 6 de septiembre, la Superintendencia Financiera de Colombia publicó la circular Externa 013 que busca aumentar los ponderadores de CFEN para depósitos operativos de Entidades Vigiladas y Fondos de Inversión Colectiva. La medida tendría menor exigencia sobre el fondeo requerido por las entidades, que no se verían obligadas a captar recursos a tasas de interés muy elevadas.