I.INTRODUCCIÓN
Después del optimismo que observamos en 2021 con la aplicación masiva de vacunas contra el Covid-19 y la recuperación de la actividad económica mundial, el año 2022 ha sorprendido con una aceleración en el ritmo de crecimiento de la inflación a niveles no vistos en varias décadas, la ralentización del crecimiento global, un ajuste a la baja en los precios de gran parte de los activos financieros internacionales y una caída generalizada en el optimismo. A las preocupaciones económicas se han sumado aquellas derivadas de la invasión rusa a Ucrania y el resurgimiento de tensiones geopolíticas que continúan fragmentando el espacio de lo que hasta hace pocos años considerábamos un mundo económico globalizado. No podríamos dejar de mencionar aquí las enormes desigualdades socioeconómicas que se han exacerbado tras la pandemia, no solo entre países sino al interior de estos.
Aunque son bien conocidas las causas del rebrote inflacionario, vale la pena señalar que obedecen tanto a factores de oferta como de demanda. En lo que al primer aspecto se refiere, durante la pandemia se deterioró la capacidad de transporte a nivel global y muchas empresas desaparecieron, a lo que se sumó una demanda vigorosa impulsada por los mayores ahorros de ciertos grupos económicos, una movilidad potenciada por las vacunas y políticas monetarias y fiscales que a la luz de los acontecimientos fueron excesivamente generosas.
La respuesta de política monetaria ante el aumento de la inflación ha sido el incremento en las tasas de interés con todo lo que ello trae en términos de desvalorización de la renta variable y la renta fija en el mundo. En este proceso, las monedas de varios países emergentes e industrializados, en especial de aquellos con altos déficits en la cuenta corriente, han sufrido una marcada depreciación.
En el caso colombiano, hay que agregar que la elección de un presidente de izquierda, a pesar de los espacios de diálogo y acuerdo que ha ofrecido, ha generado incertidumbre en relación con la visión con la que se hará la conducción del Estado.
Las expectativas para 2023 parten de una realidad económica que no permite ser excesivamente optimista sobre la evolución del crecimiento global y la resolución rápida de los problemas sociales actuales en el mundo. Sabemos que el aumento de las tasas de interés en prácticamente todos los países deberá reducir el consumo. También sabemos que los altos niveles de deuda pública, derivados de las políticas diseñadas para atenuar los impactos de la pandemia, disminuyen las posibilidades del activismo de la política fiscal. Adicionalmente, la fragmentación del mundo en espacios geopolíticos rivales puede llevar a tener costos importantes en términos de una menor eficiencia económica global y la falta de coordinación en la formulación de políticas para afrontar problemas globales como los derivados del cambio climático.
Uno de los aspectos que seguirá marcando el devenir económico el próximo año será, definitivamente, el de la incertidumbre. Los pronósticos de los agentes sobre la evolución de las principales variables económicas -tanto a nivel local como externo- han alcanzado rangos y dispersiones con escasos precedentes. Ante la incertidumbre creciente y en ausencia de una visión clara sobre el futuro, los hacedores de política dependen cada vez más de la información que día a día se va conociendo, lo cual a su vez genera una enorme volatilidad.
En los últimos dos años y medio, Colombia tuvo que enfrentar fenómenos complejos derivados de la pandemia. Si bien se hizo un manejo adecuado en varios frentes (incluyendo el sanitario), el financiamiento del gasto público no fue acertado1. Como resultado de esta situación se perdió el grado de inversión para el soberano por parte de las calificadoras S&P y Fitch, con lo cual la prima de riesgo país ha aumentado, y con ello el costo de la financiación
1 El gobierno tuvo dos traspiés importantes en su esfuerzo por equilibrar las finanzas públicas:
1. La caída por inconstitucionalidad del “Impuesto solidario” que gravaba exclusivamente a empleados del sector público y 2. El rechazo a la primera propuesta de reforma tributaria del 2021, propuesta que ni siquiera alcanzó a ser discutida en el Congreso.
internacional. Además, ha hecho que la economía del país sea más vulnerable -por cuenta de un mayor déficit fiscal y en cuenta corriente- a los efectos en los cambios en la política económica de los países desarrollados.
A esto, debemos sumar otros dos factores de incertidumbre específicos de nuestro país: el alcance de las políticas que implementará el nuevo Gobierno Nacional y el efecto que puede llegar a tener la reforma tributaria sobre el crecimiento. Sobre este último punto vale la pena resaltar que, tal como se discute más adelante en este capítulo, los programas de ajuste fiscal caracterizados por un aumento en los impuestos y una disminución del gasto, tradicionalmente suelen tener efectos recesivos. En esta oportunidad, sin embargo, no se aplicará la receta tradicional, pues si bien hay un aumento en los impuestos, también se espera una expansión del gasto. Los resultados de esta combinación de políticas son, intrínsecamente, difíciles de pronosticar2.
“Los pronósticos de variables económicas tienen
una incertidumbre con escasos precedentes..”
El legado del Covid-19: más allá de los efectos macroeconómicos3
Recuadro No. 1
La distribución masiva de vacunas contra el Covid-19 en el mundo a partir del primer semestre de 2021, el especial cuidado que se ha tenido en su distribución entre la población más vulnerable -en particular los adultos mayores-, y la predominancia de variantes del virus con menor sintomatología, han permitido que la letalidad del fenómeno a nivel mundial se haya reducido considerablemente. Aunque es probable que continuemos hablando de sus efectos durante mucho tiempo, el virus ha dado paso a otro tipo de preocupaciones económicas y geopolíticas a nivel mundial.
2 Vale la pena destacar también el compromiso de la nueva administración con el cumplimiento de la regla fiscal.
3 Este recuadro se inspiró en el análisis contenido en el documento “Global Economic Effects of COVID-19”, Noviembre de 2021. Recuperado de:
https://crsreports.congress.gov/product/details?prodcode=R46270
Además de la recesión mundial, los elevados niveles de deuda pública para atender la emergencia y el fenómeno inflacionario que se ha observado desde mediados de 2021, son los impactos visibles más importantes que dejó el fenómeno. Sin embargo, existen muchas otras consecuencias de mediano y largo plazo que están siendo dejadas de lado. El objetivo de este recuadro es precisamente ahondar en algunas de estas consecuencias -de carácter no macroeconómico- bajo la hipótesis de que no son impactos menores y que muchas de ellas exigen respuestas de política pública.
El primer efecto que podemos señalar es el directamente relacionado con el número de muertos y el impacto productivo de estas muertes. A la fecha de publicación de este informe, cerca de 141 mil personas habían muerto en nuestro país por Covid-19, en tanto que en el mundo se registraban 6.4 millones de muertes. Aunque en Colombia el 73% de los fallecidos tenían más de 60 años, con lo que podría pensarse que la producción sacrificada no sería tan alta, un 8.6% de la población estaba en el grupo de los 40 a 49 años y un 3.2% estaba entre los 30 y 39 años, es decir, en los grupos etarios con mayor productividad laboral y con elevada expectativa de vida.
Si bien es difícil de cuantificar desde el punto de vista médico, las cuarentenas y el propio Covid-19 dejaron secuelas en términos de salud física y mental. Alguna evidencia al respecto sugiere que el sedentarismo afectó el metabolismo de la población y aumentó los casos de obesidad y sobrepeso. Las enfermedades nerviosas también se incrementaron tanto en la población afectada por la enfermedad como en la población confinada4 . Muchos de estos efectos adversos impactarán negativamente la capacidad productiva y están exigiendo un incremento en los gastos de salud.
4 Lamentablemente, datos recolectados a nivel mundial indican que el aislamiento social ha tenido un drástico impacto en los niveles de actividad física de la población: se observó una disminución de entre 7% a 38% en la cantidad de pasos caminados diariamente. En el caso chileno, por ejemplo, estos estudios entregan evidencia de que períodos cortos de inactividad física inducida y aumento de la conducta sedente (tiempo dedicado a estar sentado), provocados por las condiciones de confinamiento o aislamiento social durante la pandemia de Covid-19, podría n tener importantes implicaciones metabólicas en la salud de la población. Recuperado de:
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872020000600885
Una de las áreas en las que ha habido mayor investigación tiene que ver con el efecto de los confinamientos y de las políticas de transferencias monetarias sobre la oferta laboral. La evidencia de los confinamientos es bastante generalizada, no solo para Colombia, en demostrar que entre los grupos más afectados se encuentra el de las mujeres y las personas menos calificadas. En el caso de las mujeres se explica porque en mayor proporción pasaron a cuidar a los niños en casa dadas las dificultades para que ellos pudieran asistir a las escuelas. Es apenas natural que la menor participación laboral de las mujeres se haya reflejado en menor capacidad de generar ingreso, ahorro y en pérdida relativa de riqueza frente a otros grupos poblacionales.
En relación con las transferencias monetarias a la población, la literatura internacional revisada por el Banco de la República en su Reporte del Mercado Laboral llega a la conclusión de que estas transferencias no afectaron significativamente la decisión de regresar al trabajo. Evidencia anecdótica para los Estados Unidos5 concluye que la decisión de volver o no estuvo mucho más relacionada con aspectos como la preocupación por la expansión del virus y las preocupaciones en torno al cuidado de los menores.
En el caso colombiano, el reporte mencionado indica que no hay un efecto persistente en la participación laboral de las transferencias efectuadas, aunque en los primeros meses de la pandemia sí se registró una caída en la búsqueda de empleo por parte de quienes las recibieron.
Al parecer los efectos de la pandemia sobre la cantidad y calidad de la educación en América Latina y en Colombia son los que adquieren mayor notoriedad. En el caso de la región, un estudio del Banco Mundial sugiere que el aumento de la brecha educativa de la región estaría asociado tanto a la baja cobertura de internet como a las demoras relativas en la adopción de la presencialidad. Para el caso colombiano, un estudio de Melo et al. concluye que en materia de educación básica y media “los indicadores revelan que la pandemia generó el traslado de estudiantes de colegios privados hacia colegios oficiales, causó un aumento de las tasas de deserción y repitencia escolar y profundizó las brechas en los resultados de calidad, medidos a través de las pruebas Saber 11”.
5 En Estados Unidos algunos estados acabaron las transferencias monetarias en septiembre de 2021 mientras que otros continuaron con el programa. Esto ha permitido analizar con mayor precisión los efectos diferenciales sobre la oferta laboral entre los diferentes estados.
En particular, los grupos más perjudicados serían los estudiantes que asisten a colegios y escuelas rurales, los estudiantes que no tienen acceso a Internet o a dispositivos tecnológicos, y aquellos cuyos padres tienen menor nivel de educación y de ingreso. Es evidente la necesidad de una respuesta del Estado para atender a estos desafíos en el futuro cercano.
Los efectos sobre el capital humano son especialmente graves porque pueden aumentar la brecha de pobreza en la sociedad. Según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), entre 65 y 75 millones de personas entraron en situación de pobreza extrema en 2020 y, aunque algunos pudieron salir con la recuperación del 2021, estamos lejos de haber alcanzado la situación previa a la crisis por el Covid-19. En el caso colombiano, la tasa de pobreza monetaria alcanzó 42.5% en 2020 (15.1% pobreza extrema) y si bien se redujo a 39.3% en 2021, sigue siendo muy alta frente a la observada antes de la pandemia (35.7%).
Finalmente, vale la pena señalar que, pese a que la pandemia causó un abrumador efecto negativo sobre la sociedad, es claro que sí se produjeron algunos efectos benéficos. Por ejemplo, la aceleración en la producción de vacunas mediante técnicas de ARN mensajero abre espacios para que puedan ser empleadas en la elaboración de otros tipos de vacunas que aparentemente podrán ser utilizadas para el tratamiento de algunas variedades de cáncer, trastornos hereditarios y enfermedades como el Alzheimer. Por otra parte, la adopción de la modalidad de trabajo híbrido ha reducido los desplazamientos diarios de las personas de sus hogares a sus trabajos y disminuido los viajes aéreos por motivos de trabajo. Esto puede tener un impacto no despreciable en la reducción de la emisión de gases efecto invernadero frente a la emisión que se hubiese dado en ausencia de la pandemia. En un plano más tangible y aplicado a la realidad de nuestro país, el virus aceleró fuertemente la bancarización: según el Reporte de Inclusión Financiera producido por Banca de las Oportunidades y la Superintendencia Financiera de Colombia, mientras que en 2019 el 66% de los adultos hicieron uso de algún producto financiero, en 2020 esta proporción aumentó a 72.6% y en 2021 a 74.8%. Esto significa un crecimiento de 4.2 millones de personas en solo dos años con la consecuente mejora en términos de seguridad y comodidad en el manejo de las transacciones.
“La pandemia dejó consecuencias negativas importantes en
términos de la calidad de la educación en general
y los niveles de ingreso de las mujeres”
Bibliografía
“Global Economic Effects of COVID-19,” Noviembre de 2021, Recuperado de:
https:⁄⁄crsreports.congress.gov⁄product⁄details?prodcode=R46270
“Reporte del Mercado Laboral No-23”, Banco de la República, julio de 2022.
Melo, L. Ramos, J. E, et al, “Efecto de la Pandemia sobre el Sistema Educativo: El caso de Colombia”. Borradores de Economía 1179
Banca de las Oportunidades y Superintendencia Financiera de Colombia (2022) Reporte de Inclusión Financiera 2021 Recuperado de:
https:⁄⁄www.bancadelasoportunidades.gov.co⁄sites⁄default⁄files⁄202209⁄Reporte%20de%20inclusi %C30%B3n%20financiera%202021_07-09-2022.pdf